Manifiesto

Juntos por Biobío

Manifiesto de Ana Araneda Gómez
Bióloga, Doctora en Ciencias Ambientales, Consejera Regional del Biobío
Precandidata a Gobernadora Regional

Quienes estamos hoy viviendo en esta tierra hemos enfrentado una época particularmente desafiante y es, quizás, el mayor reto de nuestra generación. Las crisis sanitarias, de gobernabilidad, de tedio de parte de la ciudadanía han puesto en jaque los modelos tradicionales, y los nuevos, no han podido aún llegar con respuestas concretas. Dicen que todas crisis es una oportunidad, y hoy, debemos encontrar esos espacios para mejorar la vida en nuestra región juntos; ese es nuestro imperativo. 

Por cierto, un buen vivir implica una serie de áreas a abordar, pero la realidad nos obliga a priorizar, o, mejor dicho, a pensar estratégicamente. Por eso, hemos establecido tres grandes ejes: seguridad, sostenibilidad y reactivación económica. 

Estos ejes están determinados por lo que he ido recogiendo del territorio, en mi rol de representante CORE, de académica, de mujer, de ciudadana y en lo que ustedes mismos han tenido la gentileza de compartir conmigo. No imagino hoy proyectar un trabajo que no tenga esos tres elementos que lo estructuren. 

En cuanto a formación, vengo del mundo de las ciencias, de lo empírico y lo concreto, de los experimentos y la comprobación. Por eso, quiero presentarles mi estrategia de la manera más transparente posible, porque la hemos desarrollado en base a medidas factibles que nos pongan en el camino correcto para alcanzar nuestro sueño: que todas y todos quienes habiten esta región vivan en libertad, en desarrollo y con igualdad de oportunidades. 

Creo que no es fácil entender el rol del Gobierno Regional aún, más allá de lo que las leyes puedan definir; es la máxima institución democrática a nivel regional, no es todo poderosa y el cambio de autoridad regional designada a electa obliga a repensar cómo nos vinculamos para poner las necesidades de la región en primer lugar. Es, entonces, el llamado a ser un articulador y un impulsor. Pero también es necesario ver nuestro servicio; ustedes quizás los conocen aún más que yo. Quienes trabajan en la Avenida Prat 525 les han acompañado por años, a veces, de manera visible, guiándoles en los procesos de los fondos concursables, por ejemplo, y otras, de formas menos evidentes, como apoyando a los municipios a realizar sus proyectos o sus instrumentos de planificación. Confío en la capacidad de las y los funcionarios, por lo que he visto como consejera y como ciudadana y sé que existen personas para quienes el servicio público, la ayuda a los otros, es su vocación. Sin embargo, como muchas otras instituciones no tiene las mejores herramientas; es necesario mejorar los sistemas, optimizar los procesos y tomar todas las medidas que permitan el mejor trabajo posible para las y los ciudadanos de esta región. Y por supuesto, hacer esto de la manera más transparente posible, poniendo a disposición de las comunidades la información de cómo estamos haciendo nuestros esfuerzos. Eso significa que tenemos, más que nunca, conversar con todas y todos. El GORE tiene la capacidad de apoyar obras públicas, viviendas, obras de vialidad, parques y un sinfín de otras cosas junto a los ministerios. Podemos rescatar proyectos e iniciativas que pudiesen haber quedado relegados y puedan ser hoy de importancia. Podemos reforzar esfuerzos de servicios, colaborando, por ejemplo, en mejorar el acceso a la salud mediante la reducción de listas de espera. Podemos llegar a las necesidades particulares de cada territorio, cuando nos apoyamos en los alcaldes. 

Si algo me han enseñado las ciencias, es a observar y a analizar, por eso estoy convencida que el trabajo para la región, la bajada de las políticas nacionales a nuestra región debe ser un trabajo en conjunto, donde este Gobierno Regional, como la mayor autoridad electa por quienes compartimos este territorio tiene que ser un actor clave. 

Les cuento esto porque quiero comentarle qué herramientas tenemos, qué podemos hacer y más importante, cómo. Tenemos fondos que nos permiten apoyar infraestructuras locales, que financian actividades que buscan reducir brechas existentes, fondos concursables para los distintos proyectos de las comunidades, la capacidad de financiar obras civiles, todos ellos con los debidos controles del Estado. Ya con eso, podemos hacer muchísimo por esta región, pero tenemos que ser estratégicos para su uso, porque ni nuestras competencias ni nuestros recursos son ilimitados.

Con eso, hemos decidido abordar con la mirada más amplia posible nuestros tres ejes, incluyendo además factores como la urgencia y los tiempos en que los resultados impactarán. Sabemos, además, que no existen soluciones únicas, porque las problemáticas rara vez tienen un origen único, pero no participamos del pensamiento binario de medidas inmediatas o resultados en 20 años. Creemos que el camino se construye con ambas, con una mirada de futuro anclada en el presente. 

En seguridad, por ejemplo, ¿cuál es nuestra urgencia? Para nosotros es fortalecer a las policías para que puedan desarrollar bien su trabajo, con vehículos apropiados, con mejoras en los espacios de trabajo, con equipamiento necesario. Hoy, la seguridad nos duele en el sentido más tradicional del concepto, como un alza de delitos. 

Debemos, además, hacernos cargo de la prevención, gracias al financiamiento de mejor iluminación urbana, mejora de áreas verdes, reforzar la vigilancia mediante cámaras, en el fondo, promover todas aquellas medidas que busquen devolver nuestras ciudades y espacios públicos a nosotros e ir eliminando el miedo de ocupar lo que nos pertenece. 

Con el mismo objetivo, tenemos que ofrecer a las comunidades espacios seguros de desarrollo, donde puedan crecer, descansar y desarrollarse, apoyando la creación de espacios comunitarios y dotándoles de programas culturales, deportivos, de emprendimiento. Y por supuesto que tenemos que trabajar aún más profundamente con quienes violencia ha estado más cerca de sus vidas: disidencias sexuales, mujeres, niños, niñas y adolescentes. 

Como ven, estas medidas están pensadas a corto, mediano y largo plazo, respectivamente y no sólo se centrar en la idea de la contención de hechos delictuales hoy; buscan construir mejores ciudades, más energéticamente eficientes, más inclusivas, dotar a las comunidades de espacios de encuentro, brindar oportunidades de recreación e incluso de desarrollo de nuevos talentos. Sin embargo, todas estas iniciativas tienen dos puntos en común: pueden ser impulsadas desde el Gobierno Regional y deben comenzar a ser desarrolladas ya. 

Fiel a las ciencias, los problemas que hoy enfrentamos no son aislados, son sistemas, y las soluciones deben abordar diferentes ángulos. 

Cuando hablamos de reactivación económica, por supuesto que defenderemos los puestos de trabajo. Nuestra historia nos dice que somos una región industrial, pero es nuestra labor proyectarla de manera responsable hacia el siglo XXI. Con las bondades del territorio más el capital humano e intelectual, nos volcaremos hacia la innovación, promoviendo iniciativas que generen puestos de empleo sostenibles, medioambiental y temporalmente. Sé que tenemos todas las herramientas para agregar valor a las industrias existentes y para abrir nuevos mercados. Tenemos que desarrollar nuevas tecnologías, optimizar y diversificar el uso de materias primas, apostar por nuevas ideas velando por la posibilidad de implementarla en las ya existentes cadenas productivas. Sí sabemos, además, que esto no debe hacerse en desmedro del medioambiente y de las comunidades. 

Existe una manera de ser una región forestal y sostenible, esas palabras no son mutuamente excluyentes. Gracias a estudios que desarrollamos en nuestros polos de conservación, como la reserva Nonguén y el PRZ, podemos diseñar mecanismos de reforestación que convivan con las plantaciones existentes, de manera de crear ecosistemas que ayuden a equilibrar el impacto en la tierra. Además, es necesario pensar en la agregación de valor y romper el paradigma de la simple extracción, mediante la especialización de industrias vinculadas y su llegada a los distintos mercados. La construcción en madera utiliza un material local, minimizando costos económicos y medioambientales de transporte, y, en alianza con instituciones públicas, privadas y académicas, podemos transformarnos en los líderes nacionales de nuevos sistemas de construcción. Rápidos, efectivos, dignos y responsables. No existen impedimentos para lograrlo. 

Existen riquezas aún por explorar, particularmente en lo que desechamos. Transformar lo que hoy llamamos basura en productos o bienes es una inversión necesaria para generar riquezas en el futuro. La cantidad de derivados que se pueden fabricar de telas, de desechos orgánicos son innumerables, así como el reacondicionamiento de equipos electrónicos que pueden dilatar su obsolescencia. Tenemos todo lo necesario para ser pioneros en esto.  

Finalmente, elegí a conciencia la palabra “sostenibilidad”, buscaba una palabra que pudiera expresar que buscamos instalar acciones que puedan ir creciendo en el tiempo y que no dependan del apoyo constante de los servicios públicos. Esas iniciativas pueden ser valiosas y existe un contexto para ellas, pero también tienen la fragilidad de la dependencia y, por lo tanto, de las voluntades. También escogí “sostenibilidad” por su vínculo con el medio ambiente; la preocupación por nuestro planeta fue lo que me llevó no sólo a desarrollarme como profesional, pero fue el motor que me llevó a buscar espacios donde pudiera cambiar paradigmas e impulsar una visión más complementaria de cómo vivimos. He aprendido mucho desde entonces, pero la protección del medio ambiente sigue siendo prioritario para mí. Por eso, los distintos proyectos no pueden hacerse bajo los estándares del siglo XX. Lo bueno, es que sé que no estoy sola en esta convicción; cuando compartimos algo tan esencial como el agua y la tierra, tenemos que conversar. Desde la plataforma en la que esté, mis puertas estarán abiertas para quienes quieran buscar soluciones que beneficien a todos y todas, y superar el discurso de opuestos, que elimina cualquier opción de diálogo, de creación y de colaboración.

Podría seguir hablando, porque tengo muchas ideas, pero me interesa más escucharles. Yo sí creo, como le dije, que los problemas no tienen soluciones únicas, y, si bien ya comenté los tres ejes del programa, seguridad, sostenibilidad y reactivación económica, quiero cerrar contándoles qué es lo que está en corazón y creo que es el denominador común en las problemáticas que tenemos hoy. Comunidad. 

Tenemos que fortalecer, y lamentablemente, en algunos casos, volver a crear las comunidades. Las organizaciones más antiguas son esto, las juntas de vecinos, clubes deportivos, talleres, son todas, en principio personas que comparten algo, una vocación, un barrio. Creo que la clave para vivir mejor es volver a encontrarnos y respetarnos, y como GORE, podemos proveer todas las herramientas que sean necesarias. Lo que propongamos sólo funcionará si está en sintonía con las comunidades y nuestras voces se escuchan más fuerte cuando hablamos juntos. Para estar más seguros, tenemos que conocernos, para poder tener una región sostenible, tenemos que respetarnos y para el desarrollo económico tenemos que apoyarnos.